sábado, 14 de marzo de 2009

SIETE VECES SIETE

SIETE VECES SIETE

Cuando el hoy difunto Arthur Koestler publicó The Roots of Coincidence, estudio de curiosos sincronismos de tiempo y de lugar, fue bombardeado con cartas de personas que habían tenido experiencias similares.

La coincidencia más notable de todas fue, probablemente, la referente a Anthony S. Clancy, de Dublín, Irlanda, que nació el día siete del séptimo mes del séptimo año de nuestro siglo,que era también el día séptimo de la semana. "Fui el septimo hijo de un séptimo hijo —escribió— , y tengo siete hermanos; esto hace siete sietes".

En realidad, son ocho sietes si contamos el número de letras de su nombre. Pero sigamos: el día de su vigésimo séptimo cumpleaños, dijo Clancy, fue a las carreras de caballos. El caballo que llevaba el número siete se llamaba Séptimo Cielo y llevaba un handicap de siete stones (una stone = 6.350 kgs.). Las apuestas contra Séptimo Cielo eran de siete a uno, pero a pesar de esto, Clancy apostó siete chelines. Séptimo Cielo llegó el séptimo.

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