martes, 10 de marzo de 2009

ROSAS DE NINGÚN SITIO


Madame Blavatski, mística y medium rusa, tenía una personalidad magnética. Por ejemplo, un noche, en la India, estaba en compañía de varios intelectuales hindúes, de un profesor alemán de sánscrito y de su fiel discípulo el coronel Olcott.

En un momento dado el profesor alemán comentó que los antiguos sabios de la India eran supuestamente capaces de hacer milagros, hazañas sorprendentes como que cayeran rosas.

Aquellos eran otros tiempos, lamentó. Ya nadie tenía tales poderes.

Madame Blavatski aceptó el reto, censurando a los Indúes modernos por no emular más a sus antepasados. Pero ella misma daría pruebas de que tales hazañas, como hacer surgir rosas de la nada, aún eran posibles, e incluso para una mujer occidental.

Apretó fuertemente los labios y extendió por completo su mano derecha. Acto seguido, una docena de rosas cayeron en cascada como procedentes de ningna parte. Sin hacer más comentarios, Madame Blavatski reanudó la conversación.

No hay comentarios: