Guiseppe Verardi, tenía diecinueve años cuando su cuerpo fue encontrado debajo de un puente entre Siano y Catanzaro, dos pequeñas poblaciones italianas. Llevaba sólamente su ropa interior y el resto de sus vestiduras estaba desparramado cerca de él. Esto ocurrió el 13 de febrero de 1936, y las autoridades de Siamo declararon que Guiseppe se había suicidado. Esta declaración fue recibida con escepticismo por los amigos y la familia del muchacho, que no podían creer que una caída desde diez metros de altura explicase las lesiones del joven.
La muerte de Guiseppe pasó a la historia el 5 de enero de 1939, cuando tuvo lugar un extraño drama en el pueblo. La primera actriz del drama fue María Talarico, de diecisiete años, que nunca había conocido a Guiseppe ni a su familia. Estaba cruzando el puente con su abuela cuando sufrió un extraño ataque, cayó de rodillas y empezó a delirar. Con ayuda de su abuela y un amable transeúnte, fue llevada de nuevo a casa. Pero cuando se recobró del ataque ya no era María. Una extraña voz masculina brotó de su garganta, diciendo que era Guiseppe Verardi en persona.
El inquieto fantasma de Guiseppe controló enteramente a María e incluso escribió una carta a su madre, con su propia caligrafía. Aquella misma noche, el ente obligó a María a realizar una curiosa pantomima, en la que "él" revivió su última noche en Siano. El espíritu simuló estar bebiendo y jugando a las cartas, como había hecho Guiseppe la noche de su muerte. El ente bebió grandes cantidades de vino, siendo así que María nunca bebía más de un vaso en las comidas. Entonces empezó a representar una lucha con sus compañeros jugadores, que presumiblemente había tenido lugar en el pueblo.
La madre de Guiseppe visitó a María el día siguiente, y el ente que la poseía la reconoció inmediatamente y describió las heridas que se habían encontrado en su cuerpo. También nombró a sus asesinos, aunque pocos de ellos vivían aún en Siano. La señora Verardi volvió a su casa y rezó para que el espíritu de su hijo abandonase a María. Aquel día, más tarde, María se dirigió al puente fatídico, estando todavía poseída por el joven asesinado. Entonces se quitó el vestido y se tumbó debajo del puente en la misma posición en que había sido encontrado el cuerpo de Guiseppe. A los pocos minutos, María se despertó sin recordar nada de lo que había sucedido.
La vuelta del espíritu de Guiseppe Verardi fue muy comentada por la prensa en 1939.
Ernesto Bozzano, a la sazón probablemente el principal investigador metapsíquico de Italia, estudió el caso y publicó un informe sobre el suceso en 1940.
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