El doctor Michael Grosso estaba dando un curso de parapsicología en el "State College" de Jersey City, en 1976, cuando conoció a Elizabeth Sebben, brillante antropóloga que había experimentado muchos encuentros metapsíquicos y se alegró de encontrar alguien con quien pudiese hablar. Grosso se interesaba especialmente en sus experiencias extracorporales. Él le sugirió que si trataba de visitarle, pronto se encontraría viajando fuera de su cuerpo. La visita se produjo en el otoño de 1976. El doctor, que vivía solo en un apartamento de seis habitaciones, pasaba a menudo el tiempo haciendo prácticas de flauta. Sus partituras estaban generalmente colocadas sobre un atril, que siempre se hallaba cerca de una librería. Una mañana, Grosso se dio cuenta de que ocurría algo raro, cuando, al levantarse, encontró el atril en medio de la habitación, aunque el nunca lo colocara allí.
Grosso no volvió a pensar en el incidente hasta más tarde de aquel día, cuando le telefoneó Elizabeth. Había tratado de establecer contacto con él la noche anterior, estando fuera de su cuerpo, y quería decirle lo que había percibido. Sin que su amigo la incitase a hacerlo, contó lo siguiente: La noche pasada había estado estudiando cuando empezó a sentir que estaba saliendo del cuerpo. Recordó que quería visitar Grosso, por lo que concentró su pensamiento en él, y pronto se encontró en la cocina. Le vio sentado a la mesa, estudiando unos papeles y sorbiendo el té. Trató de llamarle la atención, pero no lo onsiguió, y entonces empezó a buscar una manera de demostrarle su presencia. Examino la residencia hasta que descubrió el atril. Centró su atención en el objeto y entonces inexplicablemente, percibió que había trasladado el atril al centro de la habitación. Segundos más tarde, se encontró de nuevo en su cuerpo.
Grosso no cree que la experiencia pueda explicarse como alguna clase de ilusión.
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