EL ZOMBI EN LOS CAMPOS
Legendarios o no, los zombis son aceptados como artículo de fe en Haití. Una explicación posible para tantos muertos aparentes y luego enterrados que vuelven a la vida para realizar labores manuales, es que la presunta muerte no sea en realidad tal, sino un coma profundo inducido de forma deliberada por drogas. Las víctimas designadas, con apariencia de estar muertas, se entierran y luego se desentierran, se reaniman con ayuda de unas drogas diferentes y se venden a continuación como jornaleros del campo por parte de los que practican el vudú.
Una dama que , hace ya unos años, vivió en una finca en el Haiti rural, a señora Gloria Andrulonis, tuvo una experiencia fuera de lo corriente relacionada con los zombis cuando murió la hija de la cocinera. La muchacha fue debidamente enterrada pero, unos cuantos días después del funeral, los criados de la hacienda vecina le dijeron a la cocinera que habían visto a su hija trabajando en los campos de una plantación próxima con un grupo de zombis.
Cuando la señora Andrulonis le preguntó a su cocinera que iba a hacer al respecto, la mujer contestó:
—Nada. ¿Qué se puede hacer?. Está muerta. Ha sido enterrada y su alma ha desaparecido.
Se cree, supuestamente, que los zombis sólo ingieren alimentos sin azúcar y sin sal. Se ha informado en Haiti de un cierto número de casos de unos presuntos zombis que, al comer cosas dulces, recordaban sus muertes y entonces intentaban regresar a sus tumbas.
Legendarios o no, los zombis son aceptados como artículo de fe en Haití. Una explicación posible para tantos muertos aparentes y luego enterrados que vuelven a la vida para realizar labores manuales, es que la presunta muerte no sea en realidad tal, sino un coma profundo inducido de forma deliberada por drogas. Las víctimas designadas, con apariencia de estar muertas, se entierran y luego se desentierran, se reaniman con ayuda de unas drogas diferentes y se venden a continuación como jornaleros del campo por parte de los que practican el vudú.
Una dama que , hace ya unos años, vivió en una finca en el Haiti rural, a señora Gloria Andrulonis, tuvo una experiencia fuera de lo corriente relacionada con los zombis cuando murió la hija de la cocinera. La muchacha fue debidamente enterrada pero, unos cuantos días después del funeral, los criados de la hacienda vecina le dijeron a la cocinera que habían visto a su hija trabajando en los campos de una plantación próxima con un grupo de zombis.
Cuando la señora Andrulonis le preguntó a su cocinera que iba a hacer al respecto, la mujer contestó:
—Nada. ¿Qué se puede hacer?. Está muerta. Ha sido enterrada y su alma ha desaparecido.
Se cree, supuestamente, que los zombis sólo ingieren alimentos sin azúcar y sin sal. Se ha informado en Haiti de un cierto número de casos de unos presuntos zombis que, al comer cosas dulces, recordaban sus muertes y entonces intentaban regresar a sus tumbas.
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