EL ANILLO DESAPARECIDO
En 1941, A. A. Vial, de Greytown, Natal, Sudáfrica, horneó 150 bizcochos para las tropas que combatían en Europa. Una vez hubo acabado, se percató de que le había desaparecido de su dedo el anillo de boda, y llegó a la conclusión de que se habría deslizado en uno de los pasteles. Para evitar estropear los 150 bizcochos al buscarlo, los envió al Ejército con una nota en cada uno, rogando que le devolviesen el anillo si lo encontraban. Pero el que lo descubrió fue su propio hijo, que, por una extraordinaria casualidad, recibió uno de los pastelillos y encontró en él el anillo de su madre.
En 1941, A. A. Vial, de Greytown, Natal, Sudáfrica, horneó 150 bizcochos para las tropas que combatían en Europa. Una vez hubo acabado, se percató de que le había desaparecido de su dedo el anillo de boda, y llegó a la conclusión de que se habría deslizado en uno de los pasteles. Para evitar estropear los 150 bizcochos al buscarlo, los envió al Ejército con una nota en cada uno, rogando que le devolviesen el anillo si lo encontraban. Pero el que lo descubrió fue su propio hijo, que, por una extraordinaria casualidad, recibió uno de los pastelillos y encontró en él el anillo de su madre.
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