La NASA estima que hay 20 millones de 'tierras'
La misión 'Kepler' ofrece nuevos datos sobre planetas habitables en la Vía Láctea. NUÑO DOMÍNGUEZ MADRID 22/02/2011 01:00
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La Vía Láctea puede contener 20 millones de planetas del tamaño de la Tierra que orbitan sus estrellas dentro de la llamada "zona habitable", según explicó ayer a este diario Bill Borucki, jefe científico del telescopio espacial Kepler de la NASA. "Ese número es realmente un mínimo que podría ser mucho mayor", detalló el astrónomo, que sin embargo advirtió de que los datos son una estimación que su equipo no planea publicar en una revista científica.
Eso no quiere decir que no tengan fundamento. La cifra es una extrapolación del esperado catálogo de 1.235 exoplanetas candidatos que deben ser confirmados y que la NASA presentó a principios de este mes. Dentro de esa lista sólo cinco tenían un tamaño similar al de la Tierra y estaban en el lugar adecuado respecto a su sol como para albergar agua líquida, es decir, la "zona habitable". Los datos de Kepler se desprendían del estudio de 150.000 estrellas.
"Según Kepler, el 37% de las estrellas observadas tienen en torno a sí uno o varios planetas", explica Borucki. Si se extrapola esa cifra al total de estrellas en nuestra galaxia, unos 100.000 millones, la Vía Láctea albergaría 37.000 millones de planetas. La mayoría serán gigantes hechos de gas, pero, si las frecuencias de planetas rocosos vistas por el Kepler se mantienen, habría al menos unos cien millones de estrellas que tendrían en su zona habitable un planeta rocoso entre una y varias veces la Tierra, según Borucki. Si sólo se aceptan los más pequeños, el número se reduciría a 20 millones, añade.
Las extrapolaciones, que Borucki explicó el sábado en el congreso anual de la Sociedad Estadounidense para el Avance de la Ciencia en Washington, también indican que una de cada 200 estrellas arrulla al menos un planeta dentro de su zona habitable.
Para Ignasi Ribas, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona (IEEC-CSIC), esta última es "la aportación más valiosa" del Kepler, que es "muy adecuado para elaborar este tipo de estadísticas". Coincide en que las estimaciones son "pesimistas", pues "se le están escapando planetas pequeños".
Por ahora, el candidato más parecido a la Tierra que ha propuesto el Kepler es KOI 326, que podría ser igual que la Tierra o incluso más pequeño y está en la zona habitable, aunque, como el resto, su existencia debe ser confirmada. Pero las estrellas que observa el Kepler están demasiado lejos. Su objetivo original no es encontrar un planeta habitable, sino estimar cómo de frecuentes son.
Con la tecnología actual, la posible vida en muchos de esos planetas pasará desapercibida durante varias generaciones de terrícolas, debido a que los telescopios espaciales y terrestres no tienen la suficiente definición como para saber, por ejemplo, si hay oxígeno o agua en las atmósferas atisbadas por el Kepler, advierte Borucki. "Es algo que no sucederá antes de 15 años y aun así plantearía sólo la posibilidad de la vida, no su certeza", lamenta. "Nuestros nietos construirán los telescopios que puedan detectar vida, pero entonces querremos saber si es inteligente", concluye.
La misión 'Kepler' ofrece nuevos datos sobre planetas habitables en la Vía Láctea. NUÑO DOMÍNGUEZ MADRID 22/02/2011 01:00
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La Vía Láctea puede contener 20 millones de planetas del tamaño de la Tierra que orbitan sus estrellas dentro de la llamada "zona habitable", según explicó ayer a este diario Bill Borucki, jefe científico del telescopio espacial Kepler de la NASA. "Ese número es realmente un mínimo que podría ser mucho mayor", detalló el astrónomo, que sin embargo advirtió de que los datos son una estimación que su equipo no planea publicar en una revista científica.
Eso no quiere decir que no tengan fundamento. La cifra es una extrapolación del esperado catálogo de 1.235 exoplanetas candidatos que deben ser confirmados y que la NASA presentó a principios de este mes. Dentro de esa lista sólo cinco tenían un tamaño similar al de la Tierra y estaban en el lugar adecuado respecto a su sol como para albergar agua líquida, es decir, la "zona habitable". Los datos de Kepler se desprendían del estudio de 150.000 estrellas.
"Según Kepler, el 37% de las estrellas observadas tienen en torno a sí uno o varios planetas", explica Borucki. Si se extrapola esa cifra al total de estrellas en nuestra galaxia, unos 100.000 millones, la Vía Láctea albergaría 37.000 millones de planetas. La mayoría serán gigantes hechos de gas, pero, si las frecuencias de planetas rocosos vistas por el Kepler se mantienen, habría al menos unos cien millones de estrellas que tendrían en su zona habitable un planeta rocoso entre una y varias veces la Tierra, según Borucki. Si sólo se aceptan los más pequeños, el número se reduciría a 20 millones, añade.
Las extrapolaciones, que Borucki explicó el sábado en el congreso anual de la Sociedad Estadounidense para el Avance de la Ciencia en Washington, también indican que una de cada 200 estrellas arrulla al menos un planeta dentro de su zona habitable.
Para Ignasi Ribas, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona (IEEC-CSIC), esta última es "la aportación más valiosa" del Kepler, que es "muy adecuado para elaborar este tipo de estadísticas". Coincide en que las estimaciones son "pesimistas", pues "se le están escapando planetas pequeños".
Por ahora, el candidato más parecido a la Tierra que ha propuesto el Kepler es KOI 326, que podría ser igual que la Tierra o incluso más pequeño y está en la zona habitable, aunque, como el resto, su existencia debe ser confirmada. Pero las estrellas que observa el Kepler están demasiado lejos. Su objetivo original no es encontrar un planeta habitable, sino estimar cómo de frecuentes son.
Con la tecnología actual, la posible vida en muchos de esos planetas pasará desapercibida durante varias generaciones de terrícolas, debido a que los telescopios espaciales y terrestres no tienen la suficiente definición como para saber, por ejemplo, si hay oxígeno o agua en las atmósferas atisbadas por el Kepler, advierte Borucki. "Es algo que no sucederá antes de 15 años y aun así plantearía sólo la posibilidad de la vida, no su certeza", lamenta. "Nuestros nietos construirán los telescopios que puedan detectar vida, pero entonces querremos saber si es inteligente", concluye.
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